¿Sabes cómo se crean las cuevas kársticas?
Las grutas y los pozos característicos de los paisajes kársticos se han formado debido a la erosión de rocas blandas de origen calcáreo, como la caliza y el yeso. Las aguas, tanto superficiales como subterráneas, penetran en las grietas y disuelven estos materiales, lo que crea galerías y cuevas que pueden hundirse parcialmente para formar dolinas, o del todo para dar lugar a cañones.
La palabra karst procede de la región eslovena de Kras o Carso, que se extiende también a zonas de Croacia y el nordeste de Italia, cuyas mesetas calcáreas están plagadas de estas formaciones geológicas.
En España, el modelado kárstico también abunda, ya que gran parte del suelo peninsular está constituido por rocas calizas. Las cuevas del Drach, en Mallorca, son un ejemplo de este tipo de grutas, donde aparecen las características estalactitas, formadas a partir del agua que gotea del techo, y las estalagmitas, levantadas por el agua depositada en el suelo.
Las sierras andaluzas del sistema subbético o la Ciudad Encantada de Cuenca, originada hace 90 millones de años, son también zonas kársticas. Allí, solo resisten las rocas más duras, que el viento y las lluvias han ido esculpiendo para producir un relieve con estructuras de curiosas formas.
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