Nos enfadamos cuando tenemos hambre por este motivo

Nos enfadamos cuando tenemos hambre por este motivo. Un grupo de psicólogos de la Universidad North Carolina at Chapel Hill, Estados Unidos ha realizado una serie de estudios para descubrir por qué algunas personas les enfurece más que a otras la sensación de hambre. Los resultados mostraron que se trata de una compleja combinación de estadios emocionales que van más allá de un simple bajón de azúcar.

El estudio ha sido publicado en la revista ‘Emotion’ y en uno de los experimentos participaron más de 400 personas de Estados Unidos. A los voluntarios se les mostraban distintas imágenes destinadas a inducir en ellos sentimientos positivos, negativos o neutros. Tras mostrarles una imagen con un pictograma chino, totalmente neutra, debían evaluar en una escala de 7 puntos si les parecía agradable o desagradable. Además tenían que decir si en ese momento sentían hambre.

Nos enfadamos cuando tenemos hambre por este motivo, una compleja combinación de estadios emocionales

Según los resultados los participantes más hambrientos daban más puntuaciones negativas a la imagen solo si previamente habían visto imágenes desagradables: este efecto no se percibía después de ver fotos positivas o neutras. Con pocas palabras el estudio explica que si has tenido un mal día, es probable que lleves mucho peor el hambre que si las cosas te fueran mejor.

Los investigadores llevaron a cabo otro experimento con 200 estudiantes universitarios. Algunos tenían que acudir en ayunas y otros después de haber comido bien. Además, algunos voluntarios tuvieron que completar un ejercicio escrito diseñado para que se centrasen en sus emociones. Después tuvieron que completar un ejercicio tedioso en un ordenador que, para colmo, se colgaba en mitad de la prueba. Tras esto, uno de los investigadores entraba en la sala y culpaba al estudiante del fallo informático. La idea era crear malestar en el participante.

Tras el experimento, los estudiantes rellenaron cuestionarios sobre sus emociones y la calidad del experimento. Resulta que aquellas personas que venían en ayunas y que no habían hecho el ejercicio de escribir sobre sus emociones se sentían estresados y con malestar general tras acabar la prueba. Esto no pasaba con los participantes que habían hecho el ejercicio, incluidos los que tenían hambre al comenzar.

La conclusión es que cuando somos más conscientes de nuestras emociones y de cómo nos sentimos, somos más capaces de dominar el malestar que nos produce sentir hambre.

Nos enfadamos cuando tenemos hambre

 

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